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El río Val sigue contaminado por vertidos lechosos de la depuradora.

 

El día 11 de junio de 2018, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) mantuvo una reunión con el Alcalde de Agreda (Jesús Manuel Alonso) y de Ólvega (Gerardo Martínez) para tratar el tema de los vertidos ilegales de la depuradora de aguas residuales (EDAR) que ambos pueblos comparten y que se sitúa en el cañón del río Val aguas abajo de Ágreda.

Esta instalación ha dado problemas desde su construcción y posterior inauguración en el año 2009, tal y como reconoce la CHE.

Curiosamente tales problemas, a pesar de ser evidentes para los correspondientes alcaldes y para la CHE, no fueron conocidos por la opinión pública hasta que ASDEN hizo publico el vertido de sustancias tóxicas de la empresa Distiller en marzo de 2012 al colector de pluviales y al arroyo de los Caños en Ólvega.

En esa misma fecha la EDAR realizó un sospechoso vertido que fue sancionado con una multa de 6000 euros que pagó el Ayuntamiento de Ágreda. En tal expediente sancionador se reconocían los problemas del colector que recogía indebidamente aguas pluviales e incluso freáticas y obligaba a los ayuntamientos a adoptar medidas. Por ejemplo al Ayuntamiento de Ólvega le obligo a evitar la entrada en la red de aguas residuales del agua sobrante de la captación de agua potable del Araviana (Cuenca del Duero).

En todo caso el verdadero problema son los vertidos industriales de Ólvega y Ágreda que han sido negados con descaro por el propio Alcalde de Ólvega que quedó en evidencia cuando fueron constatados por la Guardia Civil, ta y como hizó público ASDEN.

A todo este cúmulo de irregularidades hay que sumar que en Ólvega, a partir de la instalación de una empresa láctea en el verano de 2017, la depuradora ha aumentado su carga contaminante, con un vertido de un inconfundible color blanco leñoso.

Con estos nuevos vertidos llevamos un año ante la total inacción de todas las administraciones: Confederación Hidrográfica del Ebro, Junta de CyL, y los Ayuntamientos de Ágreda y Ólvega. Los mismos que defienden y dicen controlar la ampliación de granjas de cerdos en sus términos municipales a pesar de que es otra de las causas de la contaminación del río Val y Queiles.

Así llevamos 10 años, y los problemas lejos de solucionarse se agravan y los vertidos irregulares de la depuradora de Ágreda y Ólvega continúan tal y como está comprobando ASDEN estos días. Tan grave es la situación que ya ni la CHE puede ocultar que el embalse de El Val es el más contaminado de la Cuenca del Ebro.

Eso sí, ambos alcaldes dicen que están adoptando medidas y extremarán la vigilancia ante la regañina que les ha echado la CHE.

Éste es el rigor de las autoridades que tienen la obligación de controlar las actividades contaminantes y asegurar el derecho de la ciudadanía a vivir en un medioambiente saludable.

VID-20180616-WA0007

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